Sarahah, la plataforma para compartir mensajes de forma anónima, se enfrenta al ciberbullying tras hacerse mundial y no contar con un buen sistema de prevención de abusos.
Vivimos en una sociedad donde se busca el reconocimiento de nuestros méritos entre nuestros círculos. A todos nos gusta recibir halagos sobre lo que hacemos y puede llegar a haber personas que necesiten de ellos para su día a día. Las redes sociales pueden llegar a favorecer este tipo de conductas. Compartir contenido y que la gente lo valore mediante “Me gusta” hace que la persona que publica reciba ese feedback.
Valorar el trabajo de otros es la asignatura pendiente de algunas personas debido a la timidez. Pero fue Zain al Abidin Tawfiq, fundador de Sarahah (Sinceridad en árabe) quien buscó crear una plataforma donde compartir críticas constructivas de forma anónima. Una herramienta útil para que amigos y compañeros de trabajo puedan compartir entre ellos críticas que hagan mejorar a las personas, tanto buenas como malas.
Al traducirse al inglés, Sarahah alcanzó los 300 millones de usuarios
Esta aplicación empezó en Arabia Saudí pero fue este verano cuando se adaptó al inglés para dar el salto al resto del mundo. Actualmente cuenta con más de 300 millones de usuarios con cuenta que reciben y dan críticas a otras personas, convirtiéndose en la primera en la lista de descargas de más de 30 países en la App Store. Una crítica que será anónima ya que ahí es donde reside el reclamo de este servicio. Junto con la autenticación a través de Snapchat, se ha convertido en una aplicación muy usada.
El salto al mundo hizo que empezase a depreciarse
En el lanzamiento de esta aplicación al estar sólo en árabe y poder usarse mayoritariamente por musulmanes, se utilizó para burlar las prohibiciones de los países árabes. Confesiones homosexuales entre otras cosas.
Como muchas cosas que se crean, estas herramientas pueden convertirse en armas. Como un destornillador puede atornillar o asesinar. Esto ha ocurrido con la bonita propuesta de Zain al Abidin Tawfiq, que Sarahah se ha convertido en el lugar perfecto para los acosadores. Algo que se puede prever cuando se trata de anonimato unilateral. Donde el receptor se conoce pero el emisor no.
Hay diversas opinión sobre las personas que usan estas aplicaciones. Las culpas se la echan a los usuarios que lo usan para acosar y otros echan la culpa a los usuarios que se registran fomentando este tipo de plataforma. Personalmente, creo que este tipo de aplicaciones puede tener una finalidad muy valiosa cuando se usa correctamente. A todos nos gusta recibir halagos pero no a muchos les gusta darlos en persona.
El grueso de población que más accede a este tipo de aplicaciones no sobrepasan los 25 años
Este tipo de aplicaciones están genial si se usan con cuidado y se cierra a un cierto círculo de personas. El funcionamiento de Sarahah es mediante un enlace que se comparte y la persona que accede puede dejarte un comentario que sólo verás tú. La forma correcta de usarlo sería limitar ese enlace dentro un grupo de WhatsApp conocido sin que salga de ahí. El problema reside en que el grueso de usuarios que usan Sarahah son menores de 25 años que ya son usuarios de redes como Snapchat.
El mayor error es compartirlo por redes sociales como Twitter o Snapchat
Estos enlaces pululan por Twitter o Snapchat, donde todo el que te siga puede verlo y acceder. Por tanto, puedes convertirte en un objetivo para los ciberacosadores que residen en la basta internet. Gracias al anonimato que ofrece Sarahah, estos comentarios son anónimos y por tanto, no pueden ser rastreados. Un caramelo para este tipo de personas.
Da que pensar que este tipo de aplicaciones siempre existan. Si no es una, es otra. Esto demuestra que la sociedad en la que vivimos, necesita de este tipo de aplicaciones. Pero ya que los usuarios la quieren, lo óptimo sería afianzar la seguridad de estos servicios. Obligar al emisor a tener una cuenta aunque el mensaje sea anónimo, incluir la función de reportar un comentario o añadir moderadores que eviten la toxicidad entre otras cosas. Esto en Ask.fm o CuriousCat está más controlado.
Este tipo de servicios está obligada a tener un sistema de reportes o bloqueos
Es cierto que puedes comentar a los usuarios de forma completamente anónima sin necesitar una cuenta para ello. Así que probamos a hacerlo con CuriousCat, otra página de este tipo que está de moda ahora. Para ello comentamos de forma anónima, bloqueamos desde la cuenta y volvimos a intentar comentar. Vimos como ahora no pudimos comentar y nos saltó incluso un mensaje. Algún tipo de bloqueo a través de la IP nos suponemos. Sin embargo, una herramienta tan útil para evitar el bullying a través del anonimato no está presente en Sarahah, por lo que da rienda suelta a los ciberacosadores.
CuriousCat no es la única aplicación de este tipo, sino que también tenemos Ask.fm. Se trata de una plataforma similar pero que ha llevado más lejos la seguridad de sus usuarios ante posibles ciberabusos. ¿Cómo? Pues obligando a la persona que quiera comentarle a otra a registrarse en la plataforma. Posteriormente, podrá marcar el comentario como anónimo o no. Pero dicha persona tendrá que tener una cuenta que poder rastrear en caso de estar haciendo bullying a otro usuario de la plataforma.
En mi opinión pienso que este tipo de servicios y aplicaciones pueden llegar a ser útiles para mejorar los lazos con amigos y compañeros. En mi caso, con mi grupo de amigos, hemos decidido no hacerlo porque somos un poco ‘malvados’ entre nosotros. Pero para un grupo de trabajo puede llegar a ser útil para dar opiniones y críticas tanto positivas como negativas al resto de compañeros. También, entre los usuarios jóvenes, puede ser interesante compartir por tus redes sociales. Claro está, si se pretende que se abra al mundo, es obligatorio que tenga un sistema de reportes o bloqueos.
Actualmente hay muchas plataformas de este tipo y aplicaciones para smartphones como Secrets. Todas ellas permiten comentar a otras de forma anónima y no tantas son las que fomentan medidas de seguridad para evitar acosos. Es cierto que estas aplicaciones tienen un cierto morbo, pero hay una cara oscura de esto donde hay jóvenes que se quitan la vida por el bullying que llegan a recibir.
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