Los juegos del hambre: Windows Phone y el trío imposible

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Windows Phone, lo sentimos. Microsoft es uno de los mayores imperios tecnológicos que han existido. Sin embargo, hay un terreno en el que no ha logrado introducirse y parece que no lo va a lograr a corto plazo: el smartphone.

Windows era un sistema que ya estaba disponible para terminales móviles desde antes de la eclosión de los actuales smartphone, pero el lanzamiento primero del iPhone y más tarde de Android le pasaron por encima y sus esfuerzos posteriores no han logrado revertir la situación.

Los resultados económicos muestran un escenario devastador para Microsoft: los ingresos por teléfonos han caído un 49% en 2015. Según datos de Kantar Media, en EEUU ha pasado de tener una cuota de mercado del 3,8% al 1,6%. En mercados europeos en los que tenía una cierta presencia ha bajado, como en Francia -del 11,3% al 8,7%-, Italia -del 12,7 al 8,1%-, mientras que en España ha pasado del 3,8% al 1,5%. En China crece, sí, pero se queda en un 1,2%.

Windows Phone, cayendo desde 2007

Lo que es peor, los datos globales no han parado de bajar desde 2007, cuando tenía un 12% del mercado, hasta el 2% que tiene actualmente. El mercado del smartphone es enorme, pero parece que no es lo suficientemente enorme para que haya tres cowboys, y Android e iOS se han quedado el chiringuito, aunque en 2012 hubo quien pensó que a estas alturas habría superado a iOS.

A lo largo de 2015 se vendieron 37 millones de terminales Lumia. En comparación, Honor alcanzó los 40 millones y LG 60. Este dato es particularmente doloroso si se tiene en cuenta que más allá de la propia Microsoft ningún fabricante de smartphones muestra interés en la plataforma.. Según datos de AdDuplex, el teléfono con sistema operativo Windows más usado en 2015 fue el Nokia Lumia 520, un terminal de gama de entrada lanzado en 2013, con un 12,9% de cuota. Este dato es particularmente doloroso si se tiene en cuenta que más allá de la propia Microsoft ningún fabricante de smartphones muestra interés en la plataforma.

Sin hueco entre Android e iOS

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Windows Phone, sucesor de Windows Mobile, llegó al mercado en octubre de 2010, cuando iOS y Android ya llevaban un par de años en el mercado. No sólo sus rivales habían tomado demasiada ventaja en el mercado, sino que además su interfaz Metro ofrecía una experiencia muy distinta a la que podían ofrecer Android e iOS lo cual podía echar para atrás a muchos usuarios.

Otro problema que se encontró fue un ecosistema de aplicaciones reducido frente a sus rivales. Aunque muchas aplicaciones importantes como Whatsapp, Facebook o Twitter están disponibles para la plataforma de Redmond, otras como las aplicaciones de Google no lo están. Con la llegada de Windows 10 es posible la creación de aplicaciones universales para teléfono y escritorio, una solución que posiblemente llegue tarde para los teléfonos de Microsoft.

Al asalto de plataformas rivales

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Es bastante posible que los de Redmond se hubieran dado cuenta de que Windows Phone era un zombie desde hace ya tiempo y eso motivase el cambio de política sobre sus aplicaciones para Android e iOS. En los últimos tiempos hemos visto como Microsoft ha dejado la estrategia y ha comenzado a lanzar aplicaciones realmente muy trabajadas como Cortana o su estrella Microsoft Office, que nada tiene que envidiar a la de Windows. También ha hecho una gran inversión con la compra de Acompli -ahora Outlook- y Sunrise.

Hoy por hoy, Android e iOS ofrecen una oportunidad de negocio para Microsoft muy superior que su propia plataforma móvil y ante un evidente hundimiento de su barco, saltar al del rival es un movimiento inteligente. De hecho, la naturaleza libre de Android se plantea como una opción muy interesante para los de Redmond, de ahí su acercamiento a Cyanogen, con quienes están colaborando de forma muy estrecha en su lucha por crear un Android sin Google.

Las tabletas y los híbridos, el terreno de Microsoft

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Como plataforma para móviles, Windows está en el ataúd y a la espera de que le pongan la tapa, siguiendo el camino de BlackBerry. Ni el esfuerzo económico al comprar la división de Nokia les ha servido para levantar el vuelo. Y en esto quien más pierde son los usuarios.

Cuanta más competencia haya, mejor, por lo que la desaparición de un contrincante siempre es una mala noticia. Además, muchas de las ideas con las que trabajaba Microsoft tienen un potencial tremendo, como la integración de smartphone y ordenador. Por suerte, parece que las Surface y portátiles híbridos  sí que están cuajando, por lo que estas ideas seguirán teniendo futuro, sólo que no parece que vaya a ser en los smartphones. No en los de Microsoft, al menos.

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