Cambié mi iPad Air 2 por un iPad Pro: Por qué no he vuelto a Android

Cambié mi iPad Air 2 por un iPad Pro: Por qué no he vuelto a Android

El mundo de la tecnología evoluciona de forma constante. Con cada nueva generación de dispositivos, comienzan las dudas. ¿Merece la pena dar el salto, o es mejor seguir un año más con nuestro fiel dispositivo?

Normalmente, los móviles suelen tener un ciclo de renovación promedio de dos años, pero si hablamos de las tablets, la media crece bastante.

¿Tres años, cuatro, cinco? No hay un momento claro para optar por una renovación, ya que cada tipo de usuario tiene un uso específico. La mejor norma para saber que necesitas cambiar de tablet (o incluso de móvil) suele ser bastante simple. Cuando ya no cumpla con tus exigencias.

Y utilizar la palabra exigencia es más acertada que necesidad. Para algunos, el nivel de exigencia es que cumpla con unos requisitos básicos (que funcione con nuestras aplicaciones habituales y que la batería cumpla), mientras que para usuarios más avanzados, el nivel de exigencia viene marcado por las novedades del catálogo.

¿Seguía mereciendo la pena mi iPad? Desde luego, y por eso lo vendí

Si eres de los que les gusta disfrutar de un producto durante años, el iPad es uno de los dispositivos con mejor ciclo de vida en lo que respecta a móviles y tablets. Muchos analistas han señalado el declive de las ventas de la tableta de Apple, pero ninguno ha señalado lo que más nos interesa a los usuarios. Cada vez se venden menos iPads, porque las personas que querían un iPad ya tienen uno, y no sienten necesidad de renovarlo.

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Si nos fijamos en el usuario promedio de tablet no es para menos. Si ya puedes navegar, ver vídeos y jugar a juegos sencillos ¿Qué sentido tiene gastarse más dinero en un nuevo trasto que hará lo mismo?

Es algo que tiene bastante sentido, ya que aunque para muchos una tablet no sea más que “un móvil grande”. La realidad es que les exigimos bastante menos. La evolución en cámara y autonomía son importantes factores de compra que en el mundo de las tablets es inexistente.

Cuando salió a la venta el iPad Pro me llamó bastante la atención, y hasta hace un par de semanas no decidí vender mi iPad Air 2 para comprarme un iPad Pro. Porque sí, las novedades me llamaban mucho, pero después utilizaba mi Air 2 y me decía a mi mismo: “para qué cambiar, si funciona genial”.

Podía haber convivido 2-3 años más con el iPad Air 2, y esa es la razón de que siga teniendo valor en el mercado. Sigue teniendo buen rendimiento, una excelente pantalla y una batería soberbia.

Las mejoras por las que decidí hacer el cambio

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Aún así, tras haber hecho el cambio, hay mejoras que he notado. Tenía constancia de ellas, pero no tenía claro si eran suficientes para dar el salto. Hoy en día, tengo claro que si que ha merecido la pena, pero no estoy tan seguro de que esa sea la respuesta para todos los usuarios. Y es por eso que Apple lanzó el iPad 2017.

Los cambios que he notado principalmente son:

  • Mejor pantalla: Gracias a tecnologías como Pro-motion o True Tone.
  • Más almacenamientoLa versión base del iPad Pro son 64GB.
  • Mejores altavoces: Creo que era lo que menos me gustaba del Air 2. Me parecían malos y los del Pro están genial.
  • Mejor micrófono: Al utilizarlo como herramienta para clase, grabo el audio de todas las clases. Graba sonido mucho mejor.
  • Mejor cámara: Aunque la gente diga que tomar fotos con una tablet sea ridículo, ya tomo las fotos de mis artículos desde el iPad Pro. También escaneo documentos.
  • Lector de huellas: Mucho mejor que el del Air 2, aunque es mucho peor que los lectores de huellas de Huawei/Honor de gama alta.

¿Cuál es el problema de Android?

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Vamos con el punto de interés en mi opinión, ya que nos encontramos en un blog que hablamos sobre Android. ¿Qué tiene que ver con Android cambiar un iPad por otro? Os pongo en situación.

Mis aventuras con Android no comenzaron en móviles, sino en tablets. El 6 de enero de 2011 las fiestas navideñas dejaron bajo mi árbol una BQ Verne Plus, una tablet que vista con perspectiva era bastante mala, pero que para mí simbolizaba un nuevo mundo de posibilidades.

Al año siguiente me compré una tablet de Cube de 10 pulgadas (no recuerdo el modelo) un poco antes de que Google presentase la primera Nexus 7 (gran error) con la que estuve hasta mediados de 2015, fecha en la que me hice con una Nexus 9, que aguantó hasta el año pasado. Fue con la tramitación de su garantía que me fui al lado oscuro. Bastante cansado, por cierto.

Llevo años apostando por Android en tablets, y sigue sin convencerme.

Muchos dicen que el dominio de Apple sobre Android se debe a las aplicaciones optimizadas para tablets, pero no estoy de acuerdo con ello. Desde la llegada de Material Design, la calidad de las aplicaciones para tablets en Android ha crecido de forma radical. Eso de las aplicaciones optimizadas es un mantra que se repiten a si mismo los fanboys, y me parece desacertado.

Creo que los factores en los que Apple ha acertado y el resto de fabricantes deberían invertir son en pantalla, actualizaciones (donde Android es incluso peor que en móviles) y batería (en este aspecto, Amazon y Samsung se están poniendo las pilas).

Hay buenas tablets Android, pero para usuarios menos exigentes

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En las primeras líneas de este artículo os contaba los motivos por los que cambié de un iPad a otro. Puede parecer el proceso típico de un fanboy de Apple, pero nada más lejos de la realidad.

Cuando me decidí a vender el iPad Air 2, consideré volver a utilizar tablets de Android. Sin mirar más allá, en casa ya tenemos una Amazon Fire HD de 8 pulgadas que cumple muy bien para lo que cuesta, pero este no era mi caso. Si iba a cambiar de tablet, quería cambiar a algo que fuese mejor, y ese fue el motivo por el que llegué a la conclusión de que si buscaba algo mejor, solo había una única decisión.

Hay tablets Android muy buenas si tu presupuesto no es muy alto.

Aún así no me rendí, pude probar una Galaxy Tab S3 y me pareció un buen producto, especialmente por su bajo peso, pantalla de calidad sobresaliente y lápiz integrado en el precio (aún no tengo el Apple Pencil, y no tengo del todo claro si comprármelo) pero el sistema me parecía menos rápido. No es culpa de Android, ya que cuando tuve la Nexus 9 estaba muy contento con su fluidez.

En mi búsqueda de tablets llegué a encontrar exponentes muy interesantes, especialmente la Lenovo Yoga Tab 3 Plus, la cual creo que es la mejor tablet para los que busquen una buena experiencia multimedia.

Ni la propia Google confía en Android para tablets

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Ya con el iPad Pro en mano, llegó la confirmación que esperaba, por parte de la propia Google. Las tablets Android no merecen la pena, están completamente muertas. ¿Cómo?

A pesar de que Google nunca haya sido un fabricante que mueva grandes cifras de ventas, siempre ha estado guiando la evolución de Android con sus actualizaciones. Así ha sido desde antes del nacimiento de los propios Nexus de Google.

Apple ha dado protagonismo al iPad en iOS 11, mientras que Google se desentiende de Android para tablets.

La última tablet que lanzó Google es la Pixel C, tablet que fue presentada a finales de 2015, y que tras recibir Android Oreo, se queda sin actualizaciones del sistema. Han pasado dos años en los que Google no se ha dignado a encontrar un digno sucesor en el que presentar las novedades de Android para tablets. De forma opuesta, iOS 11 ha sido una actualización en la que el iPad ha sido el completo protagonista. Y eso que me parece una actualización hecha a medias.

Por otro lado, no es un mercado que quede completamente abandonado, ya que Chrome OS ha venido a reclamar esa ausencia. Chrome OS ha sido desde siempre un sistema enfocado a portátiles baratos, pero tras su madurez y la llegada de las aplicaciones de Android, se ha convertido en el caballo en el que Google apostará al máximo.

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